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El jazzman Gene Krupa come arroz con sus baquetas | Años 60 |
Para el ensayista francés Roland Barthes, la más hermosa de las
funciones de los palillos -Hashi, en japonés- consistía en que éstos «trasladan la comida, ya sea porque,
cruzados como dos manos, siendo apoyo y no pinzas, se deslicen bajo el copo de
arroz y lo sostienen, lo suben hasta la boca del comensal; o ya sea porque -con
un gesto milenario en todo el Oriente- deslicen la nieve alimentaria de la
vasija a los labios, a guisa de pala.
»En todos estos usos, en todos los gestos que implican, los palillos
se oponen a nuestro cuchillo -y a su sustituto predador, el tenedor-: son el
instrumento alimentario que se niega a cortar, tronchar, mutilar, horadar -gestos
muy limitados, rechazados en la preparación en la cocina: el pescadero que
despelleja ante nosotros la anguila viva exorciza de una vez por todas, en un
sacrificio preliminar, el crimen de la comida-; gracias a los palillos, la
comida deja de ser una presa a la que se violenta -carnes sobre las que se
«encarniza», y se convierte en una sustancia armoniosamente transferida;
transforman la materia, previamente dividida, en comida de pájaro, y el arroz
en oleada de leche; maternales, remiten incansablemente al gesto de las aves
cuando dan de comer con el pico, dejando a nuestras costumbres alimenticias,
armadas de lanzas y cuchillos, el de la predación».