El último paradigma


Jenniffer Rubell. Red party-Padded cell. 2010

En una más de las aproximaciones visionarias a la realidad de la gastronomía, Adrià afirma que el verdadero cambio de paradigma que vivirá  -y ya está viviendo- ésta es aquel por el cual el comensal cocina. Lo que se traduce en que, así, está influyendo, en el resultado final de la preparación. No en su totalidad porque el grueso de la elaboración tiene lugar físicamente en la cocina, pero sí la completa en el momento en que toma ciertas decisiones acerca de cómo ésta se termina.

Cuando a un tatami o la mesa de una izakaya  llega una bandeja de sushi, ésta se presenta con las opciones de añadir wasabi o salsa de soja y no precisamente en proporciones o volúmenes predeterminados, sino que éstos son parámetros a definir por el propio comensal, que está modificando aquello que estaba concebido de otro modo. De la misma forma ocurre o cuando éste determina el punto de cocción que desea para una pieza de carne. En definitiva, el cocinero avanza el proceso de cocinado, pero  es el comensal quien lo termina con sus decisiones en la sala.

Análogamente, ya desde el momento en que el arquitecto concibe y materializa un espacio, éste queda sujeto a que el usuario lo adapte a su propia experiencia de la arquitectura. Se trata de un paralelismo esencial entre las dos disciplinas.